(Si quieres ver mejor las fotografías, pulsa sobre ellas)

sábado, 13 de diciembre de 2008

El Pueblo Saharaui (I)

Niños (I)

La historia del éxodo del Pueblo Saharaui comenzó cuando España abandonó su colonia en el Sáhara Occidental en manos de Marruecos en 1975, que atacó el territorio impidiendo al Frente Polisario la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Muchos Saharauis murieron y muchos marcharon a los alrededores de Tinduf, en Argelia. Allí se establecieron en varios campamentos de refugiados y proclamaron la RASD en el exilio. La guerra contra Marruecos se prolongó hasta 1991. A partir de esa fecha el Frente Polisario optó por la vía diplomática para tratar de recuperar sus territorios.Actualmente unas 175.000 personas viven en condiciones precarias.

Aunque todos los niños están escolarizados gracias a la ayuda internacional y a la conciencia clara de los propios saharauis de que el futuro de su nación está en las nuevas generaciones, cientos de ellos apenas pueden disfrutar de un juguete o un caramelo.

Actualmente, la vida en los campamentos de refugiados se sostiene gracias a la ayuda internacional. Entre los aspectos más destacados de dicha ayuda están los programas de apadrinamiento de niños.


Apadrinar uno de estos niños supone darles la posibilidad de acceder a cosas tan simples como un ese juguete o ese caramelo y, además, contribuir al sostenimiento de su familia. Si quieres colaborar deja un mensaje con tu e-mail de contacto y te enviaremos la información necesaria.








domingo, 16 de noviembre de 2008

Cosas que se me ocurren (IV)

La Duna y La Playa

Aquí tenéis algunas imágenes tomadas en la costa de Aquitania, en Francia. Allí la arena es la protagonista: suelos arenosos, playas inmensas y dunas descomunales. Un lugar para perderse, pasear y contemplar algunos prodigios de la naturaleza.
Esta es mi forma particular de verlo, tratando de buscar, siempre, otra forma de mostrar las cosas.






miércoles, 22 de octubre de 2008

Cosas que se me ocurren (III)

Huellas en la arena

Estas fotos son el principio de una idea, que quizás se desarrolle o quizás no.

Además, aunque sean un poco raras, las fotos son también un regalo...

Tratan de buscar un punto de vista diferente de mirar las cosas a través de la fotografía. Allí donde parece no haber nada, si buscamos bien, siempre podemos encontrar algo en lo que fijarnos. Puede gustarnos o no, interesarnos o no, pero ahí está.
Quizás esta idea crezca, o quizás desaparezca como vino.

Las huellas en la arena son así, efímeras, están y luego no están...y con el tiempo casi nunca tenemos manera de saber que estuvieron alguna vez allí...








domingo, 21 de septiembre de 2008

Un Mundo de Cosas Pequeñas

Mariposas (II)










Un Mundo de Cosas Pequeñas

Mariposas (I)

Yo no suelo hacer fotografía macro,
pero el otro día me prestaron un objetivo
y un flash adecuados y me metí en un mariposario
a ver qué salía...

...y algo salió.












lunes, 9 de junio de 2008

Soñadores (III)

La Marina de Cope: imágenes nocturnas

FRAGMENTOS DE LA CARTA DEL JEFE INDIO NOAH SEALTH AL PRESIDENTE DE LOS E.E.U.U. FRANKLIN PIERCE EN 1854. (II)

Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra esta enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurriria a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a sí mismos.

Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado.

Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; el es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento del destino común.

También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos. Pero ustedes caminarán hacia su destruccion, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.

Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los bufalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes.

¿Dónde esta el matorral? Destruido. ¿Dónde esta el águila? Desapareció.

Termina la vida y empieza la supervivencia.









Soñadores (II)

La Marina de Cope: imágenes diurnas


FRAGMENTOS DE LA CARTA DEL JEFE INDIO NOAH SEALTH AL PRESIDENTE DE LOS E.E.U.U. FRANKLIN PIERCE EN 1854. (I)

"¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.


Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos?


Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrada a la memoria y el pasado de mi pueblo.

Somos parte de la tierra y así mismo ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran aguila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia.

El agua cristalina que corre por los ríos y arroyuelos no es solamente agua, sino que también representa la sangre de nuestros antepasados. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed; son portadores de nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos.

Sabemos que el hombre blanco no sabe distinguir entre un pedazo de tierra y otro, ya que es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana, sino su enemiga y una vez conquistada sigue su camino, dejando atras la tumba de sus padres sin importarle. Le secuestra la tierra de sus hijos. Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres, como el patrimonio de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, la Tierra, y a su hermano, el firmamento, como objetos que se compran, se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores.

Su apetito devorara la tierra dejando atras sólo un desierto.

No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio donde escuchar cómo se abren las hojas de los arboles en primavera o cómo aletean los insectos.

El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo, ¿Para qué sirve la vida, si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque?

Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque, así como el olor de ese mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado con aromas de pinos.

El hombre blanco no parece consciente del aire que respira; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor.